Autoestima en tiempos de redes sociales: deja de compararte y de poner tu felicidad en manos del like
Hablamos de autoestima y del impacto que tienen las redes sociales en cómo nos vemos y nos valoramos.

Vivimos en la era de la imagen, del “postureo”, de los filtros, de los likes y los followers. Parece que hoy en día, no somos nadie si no acumulamos seguidores en redes sociales o atesoramos visualizaciones y likes en nuestros reels.

Entramos en la red social de turno y no dejamos de ver vidas perfectas. Luego, levantamos la mirada de la pantalla y nos vemos a través de esa lente que hemos entrenado con el scroll infinito, nos comparamos y nos sentimos una auténtica basura. Sentimos que algo no estamos haciendo bien, que hemos fracasado, que no llegamos, que no somos perfectos. Y esto, poco a poco, nos va haciendo sentir pequeñitos. Va medrando en nuestra autoestima hasta dejarla echa trizas.

En el episodio de hoy hablamos de autoestima y del impacto que tienen las redes sociales en ella.

00:01 Debemos dejar de martirizarnos y de fustigarnos por no ser perfectos, por no encantarle a todo el mundo, porque nuestra vida no sea idílica, nuestra vida es perfecta tal y como es, si así nos hace felices a nosotros y además debemos de dejar de poner nuestra felicidad en manos del botón de like de otras personas. Hola, mi nombre es Miriam Urbano, estoy encantada de darte la bienvenida a Felicidad Digital, el podcast con el que redescubrir tu relación con las tecnologías.

00:37 Cada semana te espero aquí con un nuevo episodio para despejar tus dudas, inquietudes y ayudarte a redescubrir tu relación con la tecnología. Sin demonizar las ni enviarlas a la hoguera. Reconociendo sus virtudes, pero también sus consecuencias. Hace un tiempo la hiperconexión estuvo a punto de robármelo todo. Hoy quiero ayudarte a que tú recuperes el control. Te vienes? Sube, que te llevo. Vivimos en la era de la imagen, del postureo, de los filtros, de los likes, de los followers.

01:17 Parece que hoy en día no somos nadie si no acumulamos seguidores en redes sociales o atesoramos visualizaciones y likes en nuestras redes. Entramos en la red social de turno y no dejamos de ver vidas perfectas. Parejas de cuento de Disney, casas de revista, viajes idílicos, tostadas de aguacate y pudín de chía, despachos con vistas y cuerpos perfectos. Luego levantamos la mirada de la pantalla y nos vemos a través de esa lente que hemos ido entrenando con el scroll infinito.

01:50 Nos comparamos y nos sentimos una auténtica basura. A nuestra casa le faltan metros y le sobran juguetes y montañas de ropa de plancha. A nuestro cuerpo le sobran michelines y le falta ese bronceado dorado. A nuestro negocio le faltan ceros en su facturación y le sobran marrones infumables. A nuestros hijos les sobran rabietas y a nuestras parejas le faltan detalles románticos. Sentimos que algo no estamos haciendo bien.

02:21 Que hemos fracasado. Que no llegamos, Que no somos perfectos. Y esto, poco a poco nos va haciendo sentir pequeñitos. Va medrando nuestra autoestima hasta dejarla hecha trizas. Cuando queremos compartir algo en redes sociales nos ponemos filtros, mil filtros, analizamos decenas de veces el plano, el ángulo. Que todo sea perfecto, lo colgamos con el primer like. Llega ese pico de dopamina que nos engancha y nos hace sentir bien.

02:55 Luego otro y así sucesivamente hasta que dejan de llegar. Y entonces empezamos a cuestionarnos. No saldré bien, no gustará. Es que no interesa lo que digo. Yo te voy a contar mi propia historia. Llevo años dedicándome a esto de la tecnología. Desde el principio tuve una agencia y llevé redes sociales para clientes. Trabajaba en sus marcas personales, pues a veces hacíamos shooting, hacían fotografías. Yo les recomendaba que saliesen en vídeo.

03:26 Al final, pues, le contaba toda esa cantinela de de que utilizar las redes sociales les iba a ayudar a llegar a más gente, que al final es como tener un escaparate al mundo y que transmitir una buena imagen de ellos mismos. Pues iba a ser interesante para sus cifras de negocio. Y me pasaba una cosa y es que yo era incapaz de hacerlo. Por qué? Porque no paraba de compararme con lo que veía en redes sociales, con con otra persona que tenía muchísimo más seguidores que yo, con personas que salían genial en las fotos, que tenían vidas aparentemente perfectas.

04:01 Y yo decía es que yo no cumplo esos estándares. Es que lo que yo tengo que contar no le va a interesar a nadie. Es que lo que yo tengo que decir pues igual no es importante, es que me hago una foto y salgo fatal, es que me grabo en vídeo y me parezco horrible. De hecho me grababa vídeos, intentaba salir en vídeo o salir en alguna foto o grabarme de alguna manera y me sentía fatal. También debo reconocerte que mi autoestima siempre ha estado un poquito perjudicada.

04:35 No he sido una persona que tuviese mucha autoconfianza, que confianza en sí misma, que se lo creyese, que se quisiese. Y siempre me he visto con unas lentes, pues un poco negativas. Siempre he sido muy de sacar mis defectos. Una persona muy autoexigente, con unos estándares muy altos, muy perfeccionista. Quien me conozca lo sabe. Sabe que soy incapaz de publicar un texto sin revisarlo 20 veces, que soy incapaz de mandar un email sin revisar 25.000 veces.

05:09 Que la ortografía sea absolutamente correcta. Lo cierto es que ese perfeccionismo es bueno, es bueno. Siempre me ha ayudado a retarme, a ir más allá, a crecer, pero también me ha jugado muchísimas malas pasadas porque me ha hecho perderme muchas cosas. Este proyecto, este podcast que estás escuchando, esta cuenta de Instagram en la que a lo mejor me has visto, llevaba años fraguándose, llevaba años con la idea. De hecho lo intenté. El problema es que no me lo creía y en gran medida no me lo creía, porque me comparaba con una imagen irreal que veía en redes sociales.

05:48 Me comparaba con cuentas mucho más grandes que la mía. Me comparaba con profesionales con muchísima más experiencia, con gente con más conocimiento, con gente con mejores ideas, con gente con muchos más seguidores, con muchos más likes, con mucho más impacto. O al menos eso es lo que yo creía de ellos. A. Un día dije Mira, Miriam, esto no te va a llevar a ninguna parte. Deja de compararte y vive. Sobre todo cambié mi discurso, lo que me decía a mí misma y.

06:21 Y bajé mi nivel de autoexigencia. También dejé de querer ser otra persona para querer ser yo en mi mejor versión. Y eso es algo que al final, pues debemos intentar siempre. Nosotros somos los únicos dueños de nuestra vida, nadie la va a vivir por nosotros y por tanto somos nosotros los que debemos complacernos, no complacer a otros. Desde el momento que lo intenté, pues no, sin problema. El primer video que me parece horrible, el primer podcast me pareció infumable.

06:57 Mi voz no me gustaba, no me gustaba el vídeo, no me gustaban las fotos, era un horror. Pero poco a poco perdí el miedo. Y además, yo creo que lo que más diferencia marcó es que cambié el enfoque y dejé de hacer las cosas por gustar, por encajar. Y pasé a hacerlas, por ayudar, por compartir algo que a mí me había pasado como yo lo había solventado. Qué es lo que yo había aprendido y ayudar a personas que estuviese en mi misma situación, Personas como tú a recuperar el control de su relación con las tecnologías.

07:35 En ese momento todo cambió. No te voy a decir que me parece perfecto todo lo que cuelgo. Para nada. Quien está a mi lado sabe que protesto, que reniego, que le doy mil vueltas, pero ahora disfruto mucho más y me martirizado mucho menos. También me doy alguna que otra palmadita en la espalda y me doy algún que otro premio por conseguir ir pasando escalones, ir subiendo escalones, ir traspasando miedos e ir superando y venciendo inseguridades.

08:13 Mi niño va lleno de churretes a veces. Pues sí, pero es un niño feliz. Mi casa, pues no está todo lo ordenada que a mi me gustaría. Pues no, pero está llena de juguetes y llena de vida y llena de manchurrón. Después de pintar horas y horas con los rotos que me quita mi hijo del despacho, mis vacaciones son idílicas. Pues no, de hecho no son vacaciones porque no tengo tiempo. Pero no pasa nada. Soy feliz con mi vida tal y como es, con sus luces y sus sombras.

08:43 También tengo momentos de frustración, pero eso no hace que mi vida me guste menos o tampoco me hace más infeliz. Aprendí que no todo lo que vemos en redes sociales es real, o al menos no vemos todo lo que hay. Y es cierto, al final en redes sociales todos compartimos nuestra mejor cara, nuestros mejores momentos, nuestros mejores logros. Nadie comparte una rabieta de su hijo en el suelo, nadie comparte su mesa llena de papeles y después de un día interminable de trabajo, nadie comparte los platos sucios en el fregadero, ni la ropa de plancha sin planchar, ni la lavadora sin poner ni el suelo con un manchurrón después de que se caiga un yogur.

09:33 Nadie hace eso. Por eso esa parte, esa parte de la vida de esas personas a las que seguimos, no la vemos, No quiere decir que no exista, simplemente eso no la vemos. Por eso es importante saber que no todo lo que vemos en redes sociales es real, o que al menos vemos una parte, un fragmento de la vida de otras personas que muestran su mejor cara, sus mejores momentos o sus mejores poses o sus mejores fotografías, pero que viven una vida tan imperfecta como la tuya y como la mía.

10:04 Debemos dejar de martirizarnos y de fustigarnos por no ser perfectos, por no encantarle a todo el mundo, porque nuestra vida no sea idílica, nuestra vida es perfecta tal y como es, si así nos hace felices a nosotros y además debemos de dejar de poner nuestra felicidad en manos del botón de like de otras personas. Nuestra felicidad debe estar única y exclusivamente en nuestras manos, no en las de otros.

10:35 Debemos rebajar la presión y dejar de preocuparnos tanto por el qué dirán y empezar a preocuparnos por el qué diré, por el qué opino yo, por el qué pienso yo y por el cómo me quiero yo. Probablemente mis podcast no sean perfectos, mis vídeos de redes sociales tampoco. Mis fotos me parecerán horribles, pero yo disfruto ayudándote y eso me hace feliz. Debemos proteger nuestra autoestima y también proteger la.

11:09 Lástima de los menores, de los adolescentes que suelen ser muy vulnerables ante estas situaciones que suelen compararse mucho, que suelen tener una autoestima, vamos a decirlo así, perjudicada y que suelen depender mucho de la validación externa. Debemos inculcarles que se quieran, que se amen, que se respeten, que se quieran tal y como son, porque tal y como son, son perfectos. Y hasta aquí el episodio de hoy.

11:41 Recuerda, no hay vidas perfectas, ni la tuya ni la de nadie. Quiérete, valórate y cuida de tu autoestima. No la pongas en manos del like. Si necesitas ayuda, recuerda que puedes contactar conmigo a través de redes sociales o a través de correo electrónico o la arroba. Miriam Urbano punto com. También puedes visitar mi web Miriam Urbano punto com para saber cómo puedo ayudarte y conocer también los recursos, las herramientas y los cursos y talleres que tengo disponibles para ti, para ayudarte a controlar y a mejorar tu relación con las tecnologías y las pantallas.

12:18 Además, si quieres, puedes compartir este episodio con cualquier persona a la que creas que pueda serle de utilidad. Me ayudarías mucho si te suscribes al podcast en tu plataforma favorita y además, si dejases tu reseña, tu valoración o me envías tu feedback a través de correo electrónico. Gracias por acompañarme una semana más. Nos vemos la próxima semana para seguir redescubriendo juntos tu felicidad digital.