La transformación digital llegó para quedarse. Y lo digo así, en pasado, porque esta revolución ya no forma parte de un futuro lejano, sino del presente –de hecho, algunas voces críticas dirían que si aún no te has subido al tren, estás perdido–.
Los cambios, sean cuales sean, suelen dar miedo, suelen generar incertidumbre: ¿será para mejor o empeorará mi situación? ¿Sabremos adaptarnos a lo nuevo? ¿Seremos capaces de movernos con agilidad y rapidez y seguir trabajando con normalidad sin que el cambio afecte a nuestra productividad y la de nuestros equipos? El miedo a lo desconocido es inevitable. Aunque aquí, a mi parecer, ser capaces de ver las tecnologías como oportunidad y no como amenaza, es fundamental.
¿Cómo aceptas el reto?
En la RAE, podemos encontrar hasta seis acepciones de la palabra ‘reto‘. Una de ellas la define como: «dicho o hecho con que se amenaza». Otra, por el contrario, se refiere a ella como: «objetivo o empeño difícil de llevar a cabo y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta». A mí, sin lugar a dudas, me gusta quedarme con la segunda opción. Si somos capaces de compartir el reto en oportunidad y en estímulo para la mejora de nuestro negocio, los resultados están prácticamente garantizados.
Cada reto plantea una nueva oportunidad
Debemos ser francos: todo está cambiando. Cambian las empresas, los modelos productivos, los clientes. Ahora nos enfrentamos a una sociedad que demanda otras cosas –o al menos que lo hace de una manera muy diferente a la de hace años–. Y aquí, la tecnología nos ofrece soluciones maravillosas si sabemos ponerla de nuestro lado.
«Dicho y hecho»: el reto de la inmediatez
Vivimos acostumbrados a tener todos a golpe de click, sin esperas. Vemos cómo los leadsdigitales se enfrían prácticamente en unas horas, cómo unos segundos en la velocidad de carga de nuestra página web o nuestro SAAS pueden ser decisivos en el proceso de compra. Pudiera parecer que necesitamos estar conectados las 24 horas del día, los 7 días de la semana para ser capaces de dar respuesta a esta demanda de inmediatez. Nada más lejos. Y lo digo por experiencia propia: esta hiperconexión no se traduce en mejores resultados.
Una de las soluciones más sencillas que podemos implementar en este caso son los chatbots. Gracias a este software que simula la conversación real con una persona, podremos interactuar con nuestros potenciales clientes, ofrecer soporte y captar leads sin estar conectados. Podremos reproducir la personalidad de nuestra marca e integrarlo en nuestra web, plataforma, red social o canal de comunicación favorito. Además, la IA nos permitirá «alimentar» y «educar» a nuestro chatbot para crear un flujo conversacional lo más realista y humano posible.
«Pito pito, gorgorito»: el reto de la infoxicación
A diario recibimos mucha más información de la que nuestro cerebro puede llegar a procesar. Al final, acabamos leyendo en diagonal, saltando de un contenido a otro sin terminar de fijarnos y de profundizar en ninguno de ellos. Algunos decían eso de que «el contenido es el rey» pero, hoy en día, si quieres llegar al corazón de la reina, tienes que llamar su atención: tienes que presentar tu oferta, tu contenido y tu propuesta de valor de manera sencilla, atractiva, accesible y original. Ya no vale con estar. Ahora, además, hay que lograr captar la atención de un público saturado.
Para esto, las tecnologías ponen a nuestro alcance soluciones efectivas y accesibles: SAAS de diseño digital como Canva o Genially, generadores de AR o herramientas para redactar textos efectivos gracias a la IA, entre otras. Saber sacarles partido y crear contenidos atractivos, nos ofrecerá una ventaja competitiva importante en un mundo en el que todo va muy deprisa.
«Cu cu, ¿dónde estoy?»: el reto de la deslocalización
La deslocalización está a la orden del día. El teletrabajo y los nuevos modelos de trabajo nómada y deslocalizado, hacen que la manera en la que accedemos a los archivos, las herramientas y el software necesario en nuestro día a día y el de nuestro negocio, cambie por completo.
Ha llegado el momento –si no lo has hecho ya– de que abraces el Cloud. La nube, ese concepto con el que algunos aún miran al cielo asombrados, ha demostrado mejorar la productividad y el rendimiento de las empresas.
En ese sentido, no son necesarias grandes inversiones ni altas curvas de aprendizaje: muchas herramientas ya ofrecen sus versiones cloud (CRM, ERP, software de facturación o RRHH, ect) y podemos acceder de manera sencilla e incluso gratuita a soluciones de almacenamiento en la nube como Dropbox o Google Drive. En este caso, como todo en la vida, un pequeño paso puede cambiar nuestra vida.
«Tic tac»: el reto del tiempo limitado
¡Ay, el tiempo! Ese recurso tan valioso, uno de los activos más importantes que tenemos. ¿Cuántas veces has repetido y/u oído eso de «no me da la vida»? Ahora somos mucho más conscientes de nuestro tiempo, de en qué lo invertimos y a veces, también, en qué lo gastamos.
Es una de las principales demandas de las empresas con las que trabajo: los directivos quieren optimizar procesos para reducir los tiempos que requieren estos procesos. Hacer más en menos para mejorar su productividad y sus resultados.
Aquí la automatización juega un papel fundamental. Las herramientas digitales, hoy día, nos permiten automatizar numerosos procesos y operativas en nuestras empresas y no solo eso, sino que también nos permiten predecir y recibir información valiosa e interpretarla gracias al uso de inteligencia artificial. La información es poder y aquí la minería de datos puede sernos de gran ayuda a la hora de detectar patrones, prever acontecimientos y tomar decisiones estratégicas basadas en datos.
«Yo, robot»: el reto de la tecnología en sí misma
Las tecnologías, en sí mismas, pueden resultar una amenaza para muchos. No solo por las dificultades que puede entrañar su implementación o la curva de aprendizaje que representen, sino también por las labores que pueden llegar a desempeñar –y los roles que puedan llegar a sustituir–.
Hablamos de automatización, de cómo las «máquinas» y los «algoritmos» pueden reproducir tareas cada vez de forma más humana y más realista. Por eso ahora las denominadas soft skills, son más necesarias que nunca: esas habilidades tan humanas, que nos hacen tan únicos y tan irremplazables. Esas habilidades que nos hacen ser lo que somos. Ahora, más que nunca, es momento de ser personas.