La tecnología llegó para quedarse. Es un hecho.
Los cambios se suceden a una velocidad vertiginosa y los entornos digitales en los que tu negocio debe moverse como pez en el agua cambian prácticamente a diario: algo que exige un constante trabajo y esfuerzo por conocer, implementar y evolucionar. No vale quedarse atrás.
La tecnología tiene mucho que ofrecerte. Lo sabes. Pero, en algunos casos, su irrupción de manera tan abrupta, te hace perder más de lo que ganas: perder la capacidad de desconectar, perder calidad en tu sueño y descanso.
Perder habilidades sociales, la capacidad de mantener la atención y concentración.
Está demostrado que un equipo ‘quemado’ y estresado es notablemente menos productivo. Esto también es un hecho.
La hiperconexión, los nuevos entornos y las nuevas formas de (tele)trabajar ha acrecentado el número de empleados que cada año sufren cuadros de estrés o el famoso ‘burn out‘.
Los estudios demuestran que esto no solo causa un descenso importante en la productividad de equipos y empresas, sino que además, en la mayoría de los casos, esto se traduce en un aumento en los ratios de absentismo laboral, fuga de talento y la ahora tan en boga renuncia silenciosa.
Las distracciones y afecciones digitales suponen altas pérdidas económicas para el tejido empresarial y un aumento de los casos de estrés, síndrome de burnout y abandono profesional.
Estrategia y digitalización
Cultura digital
Espacios de trabajo
Ergonomía y movimiento
Estrés y burnout
Higiene digital
Productividad digital
Manejo de las distracciones
Capacidad de atención
Desconexión digital
Calidad del sueño y el descanso
Conciliación
Desgaste en las comunicaciones
Relaciones interpersonales a través de la pantalla
Mentalidad digital
Uso consciente
Formación y conocimiento digital
Siempre me ha gustado distinguir los gastos de las inversiones. Los gastos solo hacen que el presupuesto de nuestras empresas, literalmente, se esfume. En cambio, las inversiones acaban reportando beneficios, en muchos casos, muy superiores al presupuesto invertido. Sencillo, ¿verdad?
A lo largo de los últimos años he presenciado atónita y en primera fila cómo empresas de distintos tamaños y sectores gastaban miles y miles de euros en sus presupuestos anuales en tener la última tecnología, las mejores herramientas o las páginas web más pirotécnicas y completas de su sector. Meses después, se quejaban de cómo esto no solo no les estaba ayudando a ganar más dinero, sino que les hacía perder ventas, clientes y talento. Sus equipos estaban quemados y la implantación y el uso de estas herramientas comenzaba a pasarles factura.
La tecnología que prometía hacerles ganar tiempo y dinero, se ha convertido en una fuente de estrés y malestar entre sus empleados.
¿Te resulta familiar?
Ponte en contacto conmigo. Hablemos y vemos cómo podemos colaborar.
Estoy segura de que de alguna manera u otra podremos unir fuerzas.
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